| BAQ2018 |
| CATEGORÍA DISEÑO ARQUITECTÓNICO |
| MÉXICO |
| Autor: Heriberto Hernández Ochoa. Colaboradores: LEAP Laboratorio en Arquitectura Progresiva, Raúl Juárez Perezlete, Carlos Villaseñor Nuñez, Rafael Canales Leiva, Mariana Estrada Rodríguez, David Bercovici Rabinovitz, Juan Carlos Uribe Ortega. |
La Torre Olmo se localiza en la ciudad de Xalapa, Veracruz, al sur de la carretera federal 140, al costado del nodo vial Arco Sur. Las condiciones de ubicación, orientación y topografía nos ofrecen la oportunidad de proponer un edificio icónico para la ciudad.
El proyecto está integrado por un cubo de ocho eficientes y funcionales niveles para oficinas, más un nivel de centro de negocios, acompañado de un volumen horizontal que contiene el estacionamiento. A nivel de la calle se ubican los accesos al estacionamiento y los locales comerciales que sirven de base para el cubo de oficinas.
El lobby y el centro de negocios se localiza sobre los locales comerciales. Este nivel ofrece a los arrendatarios diferentes servicios como recepción, control de accesos, auditorio, salas de juntas, entre otros. Los ocho niveles del cubo se articulan por un núcleo central de circulaciones y servicios con el cual se logra un alto grado de eficiencia espacial y funcional.
El cubo de oficinas está recubierto por una piel de lámina metálica multiperforada, electro pintada, que funciona como una pantalla con transparencia que nos permite controlar la incidencia solar y bajar la ganancia térmica de las oficinas, lo cual beneficia en un menor consumo energético, así como en un mayor confort en los niveles de iluminación natural hacia el interior. Entre la piel de metal y los ventanales del edificio existe un pasillo perimetral de rejilla Irving, el cual es accesible a los usuarios de las oficinas a manera de balcón.
El diseño de la piel metálica del cubo de oficinas imprime al conjunto un carácter muy peculiar. Desde cierta distancia y a la luz del día se percibe como un cubo metálico con una marcada textura angulosa de sólidos y vacíos triangulares. Esta textura sin patrón definido se logra con tan solo dos triángulos rectángulos que conforman un panel tridimensional. Los diferentes acomodos de los triángulos, así como la colocación azarosa de los paneles sobre la estructura, nos permiten lograr una rica textura metálica de percepción casi caótica. De noche, esta piel de acero pierde la solidez, debido a que la luz interior se escapa por las diminutas perforaciones de la lámina, ofreciendo un juego de luces y sombras muy interesante que, al igual que de día, aporta positivamente al paisaje urbano de la ciudad.
